Un vestuario variado y duradero no consiste en emular un look sino en vestir a tu manera. Puede ser cualquier cosa, desde unos vaqueros ajustados, una chaqueta y un jersey masculino, hasta un bonito vestido que podemos simplificar o potenciar con joyas y accesorios. Dale el toque que más te guste y disfruta creando tu propio estilismo.

Y es que perfilar y reducir el vestuario a unas pocas piezas está además de máxima actualidad; se trata de quedarse exclusivamente con un par de vaqueros de quitar el hipo, una camisa blanca, una chaqueta, una sudadera que vaya con todo y un vestido camisero tan apto para el día como para la noche. Por suerte, una renovación de esta índole no requiere mucha inversión. La editora de tendencias de Vogue.co.uk Jessica Bumpus adora su Marni y su Marc Jacobs, pero sus prendas más queridas provienen de tiendas vintage o incluso de tiendas de niños. “Todavía llevo una parka que compré en la sección infantil de HyM. Es práctica, va con todo y nadie más la tiene”, confiesa.

Las prendas versátiles suelen ser también las que más nos gustan, probablemente porque nos permiten pasar sin esfuerzo del día a la noche, o de un estilismo elegante a uno informal. Esta capacidad para vencer los códigos del vestir hace que prendas míticas como el pequeño vestido negro o la gabardina beis crucen con éxito las barreras del tiempo. Al ir de compras conviene no perder de vista que lo nuevo debe adaptarse a las prendas que ya tenemos o darles un aire renovado.

Como muestran estos ejemplos, el armario perfecto se reduce a las prendas con que estamos realmente a gusto: prendas infalibles a las que recurrimos cuando vamos con prisas o que llevamos de viaje. Es en esas y no en otras en las que debemos pensar a la hora de ir de compras. Cuanto más llevas una prenda, más valiosa será y menos importancia tendrá el precio. No hay posesión más preciada que un armario repleto de prendas que siempre queremos llevar.